Cierta vez, un Asno envidiaba la suerte de un Cerdo con el cual vivía en la misma Granja. Todos los días observaba al Cerdo y se decía a si mismo: "Vaya vida la del ese tipo. Todo el día comiendo y comiendo sin preocupación alguna, descansando tranquilamente y durmiendo cuando se le de la gana. En cambio para mi es todo lo contrario. Tengo muy poca comida, descanso muy poco y me obligan a trabajar a palos. Ese Cerdo no hace nada de provecho y come las más ricas verduras y deliciosos maíz. Que injusta es mi vida." Un día, cuando el Asno regresaba de sus arduas labores, notó que el Cerdo ya no estaba en la Granja. Más tarde ese mismo día mientras comían los Dueños en el Establo, el Asno escuchó lo que decían sobre del desaparecido Cerdo. La gran sorpresa fue, que el Cerdo pasó a ser la cena de los Granjeros. El Asno muy sorprendido y meditando se dijo: "Vaya. Yo envidiando la suerte del Cerdo inconscientemente, cuando debería estar agradecido de la mía.
" Moraleja No envidiemos la suerte ajena, vivamos felices con lo que somos y tenemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario